sábado, septiembre 26, 2009

Tiempos de cambio

Vienen nuevos tiempos. La crisis económica está afectando al caracter de las personas, se nos vé más agresivos, más nerviosos. La inestabilidad es la norma hoy en día.
A mí también me ha tocado. Hay noticias que indican que probablemente mi destino de trabajo cambie, no sé donde iré ni cuando.
Es un buen ejercicio para trabajar el desapego y ver que todo cambio es siempre una nueva oportunidad de mejora. No sé que me depara el futuro, pero sé que será una oportunidad aprovechada lo mejor que sepa, y eso me tranquiliza.
La vida es movimiento, cambio y evolución, puede dar miedo, pero es parte de su belleza.
Un beso y ánimo a todos

domingo, abril 12, 2009

¿CULPA O APEGO?

Recuerdo mi infancia con cariño, aunque no con nostalgia. La recuerdo como un tiempo en que tú querias saber cosas que los demás se empeñaban en ocultarte al tiempo que intentaban enseñarte otras que tú no tenías interés en aprender. Y no hablo de las matemáticas, la biología ni la literatura. En realidad no hablo de los profesores, si no de los padres.
Una de las ideas fijas de mi padre era que el egoismo es malo, que hay que pensar primero en los demás y luego en tí. A mí, como a casi todos los niños me costó entenderlo. Pero como casi todas sus enseñanzas acabó por formar parte de mi.
Ahora, ya adulta, me doy cuenta de cuan equivocado estaba. Me he pasado media vida pensando en los demás antes que en mí, por lo tanto, he ido dejando pasar el tiempo en espera de que la situación de los que me rodean mejore antes de volver a tomar las riendas de mi vida.
Ahora, tras luchar contra las enseñanzas que me han castrado durante tanto tiempo me doy cuenta que la vida va pasando y que si no actuo ya no lo haré nunca.
Hoy sé que cada uno es dueño de su destino, yo no puedo cambiar el de los demás, por mucho que los quiera, pero sí el mío. No puedo ayudar a los que se pasan la vida poniéndose la zancadilla a sí mismos, pero si no empiezo a ayudarme a mí misma, me hundiré con ellos.
Ahora sé que sería injusta conmigo misma si no empiezo a cambiar todo aquello que no me gusta en mi vida y a buscar una salida.
Ahora sé que tengo que ser fuerte y mirar hacia delante, no hacia atrás. Aprender del pasado para no repetir errores y no dejarme arrastrar por los que no me quieren o no saben quererme (que para el caso es lo mismo).
Ahora he tomado mi decisión y sé lo que tengo que hacer. pero ¿puede alguién explicarme como hacerlo sin sentir este nudo en el pecho cada vez que lo pienso?

jueves, abril 09, 2009

He vuelto

Después de tres años vuelvo a sentir la necesidad de escribir en un lugar público, donde no sé bien quien me leerá. Necesito de nuevo hablar y sentirme escuchada sin consecuencias, sin identidades. Necesito compartir con vosotros mis emociones y leer las vuestras. Seguramente será porque de nuevo necesito introducir cambios en mi vida. A ver si esta vez lo consigo y no queda todo como siempre en una catarsis en la red y un estado de hivernación en la vida real.

miércoles, noviembre 29, 2006

SER DIFERENTE

El otro día estuve en un curso anti-estrés. Fué muy ameno e instructivo. El profesor nos explicó que en la fase 1 de la reacción de alarma, lo que se conoce como estrés agudo, nuestro cuerpo se inunda de adrenalina, en consecuencia nuestro corazón se acelera, nuestro cerebro se agudiza y nuestros músculos se tensan dispuestos a dar lo máximo de sí. Esta fase ocurre en condiciones naturales, pongamos por caso, ante el ataque de un león. Así, gracias al estrés agudo, podemos escapar más facilmente, con más velocidad y encontramos salidas que en condiciones normales no veríamos.
El problema se presenta porque en la vida actual, hay pocos leones por las calles, ¿cuando aparece esta reacción de alarma en una persona "civilizada"
 ? Es frecuente, por ejemplo, cuando llegamos tarde, y contra toda lógica, decidimos ir en coche a trabajar. Nuestro cerebro, agudizado, no deja de repetir "llego tarde, llego muy tarde", nuestros músculos están tensos, nuestro corazón bombea a 100 por hora, nuestros nudillos blancos por la presión se aferran al volante de nuestro coche parado en el atasco que se forma siempre (por la ley de Murphy) cuando llegamos tarde y decidimos ir en coche para adelantar.
En consecuencia, y aplicada como soy, hoy he puesto en práctica lo aprendido. Esta mañana me he aplicado mi discreto pero imprescindible maquillaje de funcionario clase A, me he puesto la ropa que sólo me pongo para ir a trabajar (esa que vende la imagen de eficaz y competente profesional), me he colgado al hombro mi cartera portafolios y me he ido a trabajar en bicicleta.
La sensación ha sido maravillosa, cuanto más prisa tenía más rápido iba y más energía gastaban mis músculos, aprovechando así la elevada frecuencia cardíaca y metabolizando rapidamente la adrenalina que corría por mis venas. He llegado al trabajo con un sano color rosado en mis mejillas, la respiración ligeramente jadeante y un peinado algo desenfadado que desentonaba con el resto de mi atuendo.
Los compañeros me miraban estupefactos mientras yo ataba mi flamante bicicleta, sonrisas complices, alguién que incongruentamente me preguntaba "¿a Dónde vas Marilyn? (como si no fuera obvio), y otro que graciosamente me sentenció "¿en bicicleta, hoy precisamente que está lloviendo?.
Bueno, nadie es perfecto.

miércoles, septiembre 20, 2006

¡Cuán fácil juzgamos a los demás según nuestro propio código! ¡Que pronto olvidamos la singularidad de todo ser humano y los hacemos iguales a nosotros!.
Nos herimos a nosotros mismos al no creer lo que nos cuentan sólo porque nosotros no habríamos actuado así. Nos sentimos engañados con sus verdades, agredidos por sus silencios e incluso ofendidos con sus caricias.
Estamos en la posesión de la verdad, del savoir faire y el resto del mundo se equivoca. Todavía más cuando el resto del mundo es de otra cultura, con otros valores y una forma diferente de entender las relaciones, la vida e incluso la muerte.
Escribo en verde, el color de la esperanza. Esperanza de que conseguiré cambiar, aprendere a escuchar sin juzgar lo que oigo, crearé pensamientos dulces que cambiarán mi desconfianza por paz, que generarán amor.
Esperanza de que aprenderé a dejar que los demás vivan su vida para por fín poder yo vivir la mia.


viernes, septiembre 01, 2006

ME VOY DE VACACIONES

Hoy empiezo mis vacaciones.
Ahora que todos los compañeros vienen al trabajo bronceados, dispuestos a contarte sus maravillosos viajes, lo bien que se lo han pasado.En fín, ahora que todos se dan envidia unos a otros, yo me voy.
La verdad es que no sé que me gusta más de septiembre; la sensación de que vayas donde vayas ya no hay tanta gente, te puedes mover o incluso respirar sin quitarle el aire al de al lado; la temperatura cálida pero no agobiante de la que disfrutamos; o la cara que se les pone cuando tras contarte sus vacaciones te miran esperando ver en tu cara un rictus de amargura y se encuentran con la sonrisa cándida y las crueles palabras dichas con voz suave "¿si?. pues yo me voy mañana".
Un beso a todos
 

sábado, agosto 19, 2006

LAS CLAVES DEL EXITO

 Ya son muchos los canales de información que me hablan del poder de la mente para cambiar la vida.
Desde los hindús que dicen que el pensamiento no muere sino que crea una vibración que permanece, hasta los higienistas que hablan de vibraciones positivas que crean cambios, pasando por el saber popular con aquello de "si de verdad lo deseas lo tendrás".
Yo no sé si es cierto o no. Sólo sé que es mucho más fácil vivir pensando que la botella está medio llena, que te sientes mejor cuando ante una dificultad piensas que si se cierra una puerta se abre una ventana que da al amanecer.
 Como muestra de la actitud contraria un botón; me cuenta una señora de mediana edad, dedicada por completo al cuidado de su familia que hace tres años le diagnosticaron un cancer de mama.
Como ella no cuenta en su universo particular, acudió a su médico cuando la enfermedad estaba ya muy extendida. Le dieron muy pocas esperanzas de supervivencia, la sometieron a una serie de intervenciones quirúrgicas mutilantes, le dieron quimio y después radioterapia.
 En ese tiempo le cayó el pelo, cambió su esquema corporal, sin pecho e hinchada por la cortisona, sin fuerzas para cuidar de los suyos y dependiendo de ellos para las cosas más básicas. Hizo una depresión.
Milagrosamente consiguió sobrevivir, no quedó ni rastro de la enfermedad, los médicos decían que había vuelto a nacer. Pero ella seguía deprimida, sin fuerzas.
Poco a poco intentó volver a ocuparse de los suyos, pero estos no querían que trabajara tanto, habían estado tan cerca de perderla... Todos intentaban simplificarle la vida, se repartían las tareas de la casa,  incluso el esposo compró un microondas para simplificar las tareas de la cocina.
Este detalle la hundió, en su mente se decía, "ya no me dejan que haga nada, ya no les sirvo, Fijate, como ni el cancer ni sus tratamientos han acabado conmigo ahora me traen este aparato para que me maten sus radiaciones."
Hoy se rie de esto, pero esos pensamientos negativos dificultaron enormemente su recuperación.