miércoles, septiembre 20, 2006

¡Cuán fácil juzgamos a los demás según nuestro propio código! ¡Que pronto olvidamos la singularidad de todo ser humano y los hacemos iguales a nosotros!.
Nos herimos a nosotros mismos al no creer lo que nos cuentan sólo porque nosotros no habríamos actuado así. Nos sentimos engañados con sus verdades, agredidos por sus silencios e incluso ofendidos con sus caricias.
Estamos en la posesión de la verdad, del savoir faire y el resto del mundo se equivoca. Todavía más cuando el resto del mundo es de otra cultura, con otros valores y una forma diferente de entender las relaciones, la vida e incluso la muerte.
Escribo en verde, el color de la esperanza. Esperanza de que conseguiré cambiar, aprendere a escuchar sin juzgar lo que oigo, crearé pensamientos dulces que cambiarán mi desconfianza por paz, que generarán amor.
Esperanza de que aprenderé a dejar que los demás vivan su vida para por fín poder yo vivir la mia.


6 Comments:

Blogger Esther Hhhh said...

¿Realmente crees que eres incapaz de abrirte a otras culturas y a otras personas?¿que no aceptas lo que otros hacen si juzgar?
conociéndote creo que estás siendo dura contigo misma, pero hay algo positivo en todo esto. Y es que tal vez sólo se trata de que quiereas ser mejor todavía, y eso es muy bueno, no dejes de crecer nunca, cielo.
(Por cierto, te lo ruego, pon esa H antes de que me duelan más los ojos o me chivaré a mi médico, jejeje...)
Besitos

5:55 p. m.  
Blogger El chicharrero terrible said...

Hazlo ya. Se consciente de que los demas tienen una vida, independientemente de lo que tu opines, y habrás ganado mucho terreno en felicidad.

5:33 p. m.  
Blogger Unknown said...

Reconocer el problema es el primer paso para solucionarlo. ¡Si todos pensaran como tú, Marilyn, el mundo iría mucho mejor!

4:48 a. m.  
Blogger Marilyn said...

Gracias a los tres.
Esther, de verdad, es preciso juzgar menos, practicar la teoria del desapego y dejar que los demás evolucionen a su ritmo y en su dirección.
La teoría es fácil, pero la práctica no tanto cuando te involucras en sus problemas, les quieres y aspiras a ayudarles sin dirigirles. Todavía menos cuando soy una persona que todavía demanda cariño y lucho contra las enseñanzas que recibí de basar la aceptación de los demás con la comunión con mis ideas.
Si, me queda mucho por crecer.
Un beso.

9:08 a. m.  
Blogger Marilyn said...

Por cierto no consigo poner la h sin tener que duplicar la entrada, y ¡juro por los truenos que al escribir la entrada conjugué bien el verbo!. Deben de ser los duendes de la informática haciendo de las suyas.
Se admiten ideas para corregir el error.

12:49 p. m.  
Blogger Esther Hhhh said...

No sé cual es exactamente tu problema marilyn, a ver si me lo explicas bien y podemos ayudarte.
En cuanto a tus palabras... Tienes razón es complicado, pero a la fuerza ahorcan. El desamor me ha enseñado a dejar espacio, a respetar los espacios propios y los ajenos, a tener una vida aparte de la vida en común y a respetar la vida del otro.
En resumidas cuentas, he aprendido a ser libre y dejar libertad, aún así a veces me ato. Supongo que es complicado, muy complicado ¿dónde empieza la libertad del otro y acaba la nuestra? ¿cual es el punto de conexión entre ambas libertades?
Realmente ¿la libertad se encuentra en la posibilidad de elegir? y ¿elegimos con libertad?
En fin, realmente Marilyn dejar libertad y tener libertad propia es algo complicado... Pero en eso se basa el crecimiento... En encontrar la forma de no dejar de crecer y dejar crecer a los que amamos.
Buff, menudo rollo me ha salido, deben ser las horas. Besitos

5:41 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home